Los que son infieles en el menor de los asuntos temporales, serán infieles en las responsabilidades de mayor importancia. Robarán a Dios y no responderán a las demandas de la ley divina. No se darán cuenta de que sus talentos pertenecen a Dios y deberían ser consagrados a su servicio. No se considera como siervos fieles a los que no hacen nada por sus patrones fuera de lo que se les ordena, cuando saben que la prosperidad del trabajo depende de un poco de esfuerzo extraordinario de su parte. El empleado nota muchas cosas que esperan ser hechas aun cuando no hayan sido especificadas. Podrían evitarse desperdicios y pérdidas si aquellos que profesan el nombre de Jesús manifestasen diligencia concienzuda y esfuerzo abnegado y pusiesen en práctica en sus vidas los principios de amor que Cristo nos ha encomendado. Pero en la causa de Dios trabajan muchos que sirven al ojo.