«LA CALIDAD SE RECUERDA MUCHO TIEMPO DESPUÉS DE QUE SE HA OLVIDADO EL PRECIO”. ALDO GUCCI

«Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente» (Col. 3:23, NTV).

Mi hermanito y yo estábamos emocionados con ir a acampar con nuestro papá. Mamá no debió de haber estado tan entusiasmada porque se ofreció como voluntaria para quedarse en casa a cuidar de las mascotas, lo cual era extraño porque no teníamos ninguna mascota.

Los hombres cargamos el auto con una carpa, bolsas de dormir y, para una dosis extra de lujo y comodidad, dos colchones inflables. Estábamos listos para la aventura. Condujimos hasta las montañas hasta que encontramos un lindo sitio en la naturaleza, cerca de un arroyo susurrante. Esto es perfecto, pensamos mientras armábamos nuestra carpita. Después, todos nos mareamos un poco mientras inflábamos los colchones. Los niños compartíamos uno de plástico rojo que habíamos comprado por poco dinero. Papá tenía un colchón de primera calidad.

Comimos nuestros sándwiches, cantamos una o dos canciones, y nos acostamos a dormir. El último sonido que escuché era el murmullo del arroyo…. Cuando me desperté, no escuché el arroyo porque mi atención completa la tenían las rocas que se me estaban clavando en la espalda. Aparentemente, el colchón tenía un pinchacito. Y ahora, en la mitad de la noche, se sentía tan mal como pisar Legos descalzo… solo que en todo el cuerpo.

Pero el colchón de papá todavía estaba bien infladito y cómodo. Así que los muchachos nos acercamos a su colchón de buena calidad todo lo que pudimos. Papá no cedió mucho territorio, pero logramos sacar un hombro o un brazo de las rocas, y ponerlo sobre el colchón cómodo sin pinchaduras.

Esa experiencia me ayudó a comprender el valor de la calidad. Ya es malo desperdiciar dinero en cosas baratas como un colchón inflable con una pinchadura; peor aún es ofrecer un trabajo de mala calidad a otros. La Biblia dice que debemos hacer nuestro trabajo como si se lo estuviéramos presentando al Señor mismo. Creo que significa que deberíamos trabajar de tal forma que nunca dejemos a nadie en el piso. Kim