En esta serie de estudios, hemos analizado diversos componentes del discipulado: los instrumentos principales del discipulado (personas); el objetivo final del discipulado (semejanza con Cristo); el poder espiritual del discipulado (la oración, el testimonio y el estudio de la Biblia); el proceso sistemático de discipulado (la preparación, la siembra, el cultivo, la cosecha y la conservación); el papel central de la iglesia en el discipulado, y el papel vital de la abnegación individual en la obra del discipulado.
Después de todo ello, regresamos en un giro completo a la Gran Comisión. Aunque ya examinamos algunos versículos en la primera lección, esta semana echaremos otro vistazo a Mateo 28: 18-20. En esta ocasión, observamos que se repite una palabra clave: todo. Resulta que cada una de las frases del texto son ingredientes para una iglesia saludable:
Id. El verbo griego está en plural, de ahí la traducción que hacen algunas versiones «Vayan ustedes/ Id vosotros». Aunque no se establece explícitamente, el contexto denota que Cristo está hablando a todos sus discípulos en toda época. Una iglesia saludable necesita de aquellos que son llamados por Jesús para salir a trabajar.
Todas las naciones. En lugar de a un pueblo selecto, Cristo abre el evangelio a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos. Una iglesia saludable necesita objetivos a los que Jesús dirige a sus discípulos, ya sea que se trate de un lugar geográfico, de un pueblo o de una cultura.
Todas las cosas. Jesús ense muchas cosas. A sus discípulos se les ordena no que enseñen a la mayoría de la gente, sino que enseñen a todas las personas a observar «todas estas cosas». Una iglesia saludable necesita una estrategia y un plan para enseñar todo lo que Jesús ense.
Toda autoridad. No solo se está limitando a la tierra, sino que también se incluye al cielo. A Cristo se le ha dado plena autoridad y jurisdicción para que cumpla su voluntad. Una iglesia saludable necesita los medios para poner en práctica lo que Cristo ha ordenado.
Siempre. Se promete que la presencia del Espíritu de Cristo morará con nosotros hasta el fin de los tiempos. Una iglesia saludable necesita comprender el tiempo en el que está trabajando y sirviendo.
Para una iglesia saludable, todos los discípulos de Cristo deben ir siempre con todo el poder de Dios a todos los habitantes del mundo enseñando les todo lo que Cristo ense. Esta lección trata de la participación de todos, para alcanzar a todo ser humano, fortalecidos por su Espíritu en el contexto del discipulado.