«Encubrir un asunto es honroso para Dios; descubrirlo, es honroso para el rey» (Proverbios 25:2).
Alfonso X (1221-1284, fue rey de Castilla y de León, hijo primogénito de Fernando III, a quien sucedió en 1252. Alfonso impulsó la Reconquista al tomar las plazas de Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz. Además, enfrentó la sublevación de los musulmanes en sus reinos, repobló Murcia y la Baja Andalucía, entre otros de sus logros. Sin embargo, algunos de sus mayores triunfos fueron de orden cultural. El monarca impulsó la investigación y el estudio del lenguaje. De hecho, en su época se adoptó el castellano como lengua oficial. Asimismo, reunió a un brillante equipo de sabios y eruditos de las tres religiones de la península ibérica (cristianos, musulmanes y judíos) y creó escuelas de traducción e investigación en Murcia, Sevilla y Toledo. Gracias a ello, se tradujo al castellano la Biblia, el Corán y el Talmud, entre otros textos. Por si fuera poco, Alfonso X escribió importantes obras literarias, históricas y científicas. También fomentó la promulgación de leyes para su reino. Pasó a la historia como Alfonso X el Sabio, por su constante deseo de conocer los misterios de la vida y la naturaleza, así como apoyar a los estudiosos de su tiempo, sin importar su origen e ideología.
No en todas las épocas existen gobernante que apoyen la educación. Más bien, son raros los que se decantan por esta ruta. Lo cierto es que invertir en la educación es el camino más provechoso para cualquier sociedad. La educación torna a los pueblos más justos, más tolerantes y más prósperos. Se trata de una inversión a largo plazo, pero que dará grandes resultados.
«La vida no nos ha sido dada para que la pasemos en la ociosidad y la complacencia propia. Grandes posibilidades han sido colocadas delante de cada uno que quiera desarrollar las capacidades que Dios le ha dado. Por esta razón la educación de los jóvenes es asunto de la más alta importancia. Cada niño nacido en el hogar es un cometido sagrado. […] A fin de preparar al niño para una vida tal, se necesita algo más que una educación parcial, unilateral, que desarrolle las facultades mentales a expensas de las físicas. Todas las facultades de la mente y del cuerpo necesitan desarrollarse; y esta es la obra que los padres, ayudados por el maestro, han de hacer en favor de los niños y jóvenes encargados a su cuidado» (Consejos para los maestros, p. 137).
Hoy pide al Señor que te ayude a darle a la educación un lugar privilegiado en tu vida.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2020 «Una Nueva Versión de Ti» Por: Alejandro Medina Villarreal Colaboradores: Israel Esparza & Ulice Rodriguez