Aquellos que vivan durante los últimos días de la historia de esta tierra, sabrán lo que significa ser perseguidos por causa de la verdad. La injusticia prevalecerá en los tribunales. Los jueces se negarán a escuchar las razones de los que son leales a los mandamientos de Dios, porque saben que los argumentos en favor del cuarto mandamiento son irrefutables. Dirán: “Tenemos una ley, y por nuestra ley debe morir”. Para ellos la ley de Dios no significa nada. “Nuestra ley” es suprema para ellos. Aquellos que respeten esta ley humana serán favorecidos, pero no se les mostrará ningún favor a los que no se inclinen ante el ídolo del [falso] día de reposo.—The Signs of the Times, 26 de mayo de 1898.
Cuando seamos llevados ante los tribunales, tendremos que renunciar a nuestros derechos, a menos que esto nos ponga en conflicto con Dios. No estamos pidiendo que se reconozcan nuestros derechos, sino que se reconozca el derecho de Dios de recibir nuestro servicio.—Manuscript Releases 5:69 (1895).