«Ya que ellos son de carne y hueso, Él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte, es decir, al diablo. […] No vino en auxilio de los ángeles, sino de los descendientes de Abraham. Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. Por haber sufrido Él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados». Hebreos 2: 14-18, NVI
COMO FIEL SUMO SACERDOTE, intercedió por los suyos. Como fiel pastor, reunió a su rebaño bajo la sombra del Todopoderoso, en el sólido y seguro refugio. A él le aguardaba la última batalla con Satanás, y salió para hacerle frente.— El Deseado de todas las gentes, cap. 73, p. 649.
Así también Cristo, el gran sumo sacerdote, al ofrecer su sangre ante el Padre en favor de los pecadores, lleva sobre el corazón el nombre de toda alma arrepentida y creyente.— Patriarcas y profetas, cap. 30, p. 319.
A semejanza de Aarón, que simbolizaba a Cristo, nuestro Salvador lleva los nombres de todos sus hijos sobre su corazón en el lugar santo. Nuestro gran sumo sacerdote recuerda todas las palabras por medio de las cuales nos ha animado a confiar. Nunca olvida su pacto.— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 12, p. 116.
La obra mediadora de Cristo en nuestro favor se presenta en esta hermosa profecía de Zacarías relativa a Aquel «cuyo nombre es el Renuevo» (Zac. 6: 12). El profeta dice: «Él reconstruirá el templo del Señor, se revestirá de majestad y se sentará a gobernar en su trono» (Zac. 6: 13, NVI). […]
Como sacerdote, Cristo está sentado ahora con el Padre en su trono. En el trono, en compañía del Dios eterno que existe por sí mismo, está Aquel que «padeció por nosotros» (Apoc. 3: 21; 1 Ped. 2: 21-24). […] Su intercesión es la de un cuerpo traspasado y quebrantado y de una vida inmaculada. Las manos heridas, el costado abierto, los pies desgarrados, abogan en favor de la humanidad caída, cuya redención fue conseguida a un infinito costo.— El conflicto de los siglos, cap. 24, pp. 411-412.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «FAMILIARIZÁNDONOS CON LA MISERICORDIA DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez