«Los jóvenes se ufanan de su fuerza; los ancianos se enorgullecen de sus canas» (Proverbios 20: 29).
Ernest M. Hemingway (1899-1961) escribió su obra El viejo y el mar inspirado en un pescador de La Habana (Cuba). Santiago es un viejo a quien ya nadie respeta entre los pescadores porque ha pasado ochenta y cuatro días sin pescar ni un solo pez. Entonces decide salir a romper con su mala racha. Pero para eso debe ir más allá que el resto de sus compañeros, a pesar de los peligros que conlleva. Así que emprende la travesía y logra capturar un enorme pez con el que lucha con todas sus fuerzas hasta someterlo. Santiago se siente orgulloso de su hazaña. Ha logrado un gran éxito, muy superior a los jóvenes pescadores que se burlan de él. Cuando vean lo que ha pescado, los pescadores sabrán quién es él. Así que pronto amarra el enorme pez a su pequeño bote y emprende el regreso triunfante a su hogar. Pero ahora se enfrenta a otro problema: los tiburones. Poco a poco se van comiendo el fruto de su pesca hasta devorar completamente al pez, ante la frustración del viejo pescador. Santiago llega a la playa muy cansado y solamente con el esqueleto de lo que hubiera sido una buena pesca. Ahora nadie creerá lo que ha hecho. Se va a su casa muy triste. Pero los pescadores observan el enorme esqueleto que permanece amarrado al bote de Santiago y reconocen la gran hazaña del viejo.
La edad no es un obstáculo para alcanzar las metas de la vida. El éxito no es exclusivo de la gente joven. Tengas la edad que tengas, la perseverancia dará agradables frutos. Lo cierto es que los grandes logros en la vida no se consiguen fácilmente. Si quieres tener una buena pesca, como Santiago, a veces hay que ir más lejos que el resto de tus compañeros. Además, hay que luchar con todas tus fuerzas. Pero no siempre los esfuerzos se alcanzan como uno quisiera, como le sucedió a Santiago, quien observó con enorme frustración como los tiburones devoraban el fruto de su trabajo. No obstante, el viejo pescador logró el reconocimiento y el respeto de aquellos que lo despreciaban por su edad.
Nunca te burles de las personas mayores. Los ancianos poseen experiencia, un gran tesoro que equivale a la fuerza de los jóvenes. Aprovecha su sabiduría y escucha sus consejos. Reconoce sus logros y virtudes. Verás cómo aprendes mucho más de lo que te imaginas.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2020 «Una Nueva Versión de Ti» Por: Alejandro Medina Villarreal Colaboradores: Israel Esparza & Ulice Rodriguez