“Él reserva la esperanza para los íntegros, y auxilia a los que se conducen irreprensiblemente,” (Proverbios 2: 7, BPE).
Camine lentamente hacia las escalinatas. Ahí estaba el histórico National Mall. Delante de mí se levantaba imponente el Monumento a Lincoln, construido según el estilo grecorromano, El expresidente estadounidense se vela sereno y dueño de la situación, ahí sentado, como si estuviera observando el seguro avance de Norteamérica. Entonces, delante de mí se dibujó una escena esplendorosa: el lago artificial parecía arropado por una alfombra natural verde, sumiso ante el Monumento a Washington, conocido por un enorme obelisco blanco rodeado de banderas estadounidenses; al fondo se alcanzaba a ver el brillo del mármol de la copula del capitolio. De pronto, observe unas letras talladas en la losa donde estaba parado:
I HAVE A DREAM
MARTIN LUTHER KING
August 28, 1963
Si, estaba parado justo en el sitio desde donde Martin Luther King (1929-1968) pronunció uno de los discursos más impactantes de la historia, a principios de la turbulenta década de 1960. El mensaje sacudió a la sociedad estadounidense y condujo a importantes cambios en favor de los afroamericanos. El valiente pastor reclamo al pueblo de los Estados Unidos su actitud indiferente y discriminatoria hacia un importante sector de la población. También exhortó a su raza a no reaccionar con violencia ni ver como enemigos a los blancos. Terminó con conmovedoras frases como las siguientes: «Yo tengo un sueño, que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales». […] Yo tengo un sueño, que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter».
Su lucha en favor de los derechos de los afroamericanos, la paz en el mundo y mejores condiciones laborales lo llevó a ser una figura central de una nación que se había posicionado como la principal potencia del planeta. Después de casi una década de constantes esfuerzos para sensibilizar a la sociedad estadounidense sobre la necesidad de modificar la actitud hacia sus semejantes, Luther King fue asesinado el 4 de abril de 1968. No obstante, su legado no se ha borrado de la mente de millones de personas. Gracias a su lucha, hoy vivimos en un mundo mejor.
No desfallezcas cuando tus sueños no parezcan cumplirse. ¡No te rindas! Para aquellos que son íntegros existe la fuerza de la esperanza, un bendito auxilio del cielo cuando todo parece ir en contra.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2020 «Una Nueva Versión de Ti» Por: Alejandro Medina Villarreal Colaboradores: Israel Esparza & Ulice Rodriguez