Nuestra alma escapo cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo y escapamos nosotros. Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra. Salmos 124:7-8.
Tuve (J) un alumno enganchado a los juegos virtuales. Se inició de forma inocente, para distraerse de la tensión de los estudios; pero al final se pasaba las noches enteras intentando ganar más puntos o derrotar a los «enemigos». Como resultado, sus relojes biológicos cambiaron y vivía en somnolencia durante el día, jugando de noche, sin higiene personal y sin cumplir con sus estudios. Llegó a pegarse al ordenador de tal forma, que pedía a sus amigos que le trajeran la comida al dormitorio para no abandonar la lid y ganar el juego. Le llevó meses volver a la vida normal aun con ayuda profesional.
La presencia del ordenador (computadora), la tableta, el móvil y otros aparatos de comunicación ha ayudado mucho a la liberación de tareas tediosas de contabilidad, organización de datos, búsqueda de información, investigación, entre otras. Por medio de la red se puede vender, comprar, comunicarse con personas distantes, recabar información de todo tipo al instante y disfrutar del ocio. Pero esta útil herramienta también ha atrapado a muchas personas arrebatándoles tiempo, energía y libertad. Según Weinstein y Lejoyeux, en los Estados Unidos y Europa la prevalencia de la ciberadicción se sitúa entre el 1.5% y el 82%. Y el problema es creciente.
Estos son algunos enunciados que encontré (J) en una visita a un foro de ciberadictos: «Empecé tomándome una pausa, viendo algunos vídeos en You Tube para distraerme de las tareas escolares, pero esos minutos se transformaron en horas»; «Uso foros simultáneamente, siempre estoy bajándome algo, viendo vídeos de YouTube y no puedo despegarme»; «Hago lo mínimo para sobrevivir, el resto lo paso frente al ordenador»; «No puedo pasarme un minuto sin teclear o mirar el Facebook… a veces no recibo nada y me envío un texto a mí misma»; «Paso tantas horas frente al ordenador que he engordado cinco kilos en dos meses… es una dependencia muy dura ¡no Quiero ser esclavo del teclado!».
El texto bíblico de hoy nos promete que, por la acción de Jehová, Creador del cielo y de la tierra, podemos librarnos del lazo del cazador. La ciberadicción es al hombre de hoy como la red al pájaro: si el ser alado cae en ella, no puede por sí solo rasgar la red, pero queda la segura esperanza de liberación que viene por parte de nuestro Padre celestial.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2020 «Buena Medicina es el Corazón Alegre» Por: Julián Melgosa – Laura Fidanza.
Colaboradores: Ricardo Vela & Esther Jiménez