Los labios de la mujer extraña destilan miel y su paladar es más suave que el aceite, pero su final es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos. Proverbios 5:3-4.
La Biblia presenta la sexualidad como una vía sublime de expansión de la creación (Génesis 1:28; 2:24). Y no lo limita a la procreación, sino que lo presenta como un don divino para goce, intimidad y satisfacción de un hombre y una mujer en unidad matrimonial (1 Corintios 7:2-5).
Sin embargo, la sexualidad constituye un impulso fortísimo y se presta a abusos que conducen al deterioro emocional, social, físico y moral. El capítulo 5 de Proverbios, por medio de las artes de la «mujer extraña» (la palabra hebrea zuwr puede traducirse como ‘mujer extraña’ o ‘prostituta’) ofrece una descripción cabal de las características más importantes del sexo que Dios aprueba y el que rechaza. El texto muestra el poder seductor de este impulso (vers. 3), las transcendentales consecuencias de su uso indebido (vers. 5), la necesidad de cortar por lo sano (vers. 8), la importancia de la fidelidad (vers. 15), el goce de la vida sexual en el contexto correcto (vers. 18-19), el contraste del sexo debido y el indebido (vers. 20) y la muerte espiritual que ocasiona el mal uso de la sexualidad (vers. 22-23). La generación actual ha de enfrentar a nuevas situaciones que hacen este tipo de ofertas sexuales más fáciles y abundantes por medios tecnológicos disponibles sin salir de casa, como los vídeos o Internet.
Un extremo del uso indebido del sexo es la adicción. El adicto al sexo posee una obsesión constante (pensamientos e imágenes sexuales), insatisfacción que pide un poco más, malestar emocional (enojo, tristeza, frustración) cuando el sexo no se materializa, culpa cuando se materializa, intentos fallidos de abandonar la práctica y perpetuación del problema a pesar de las consecuencias que ocasiona en la familia, el trabajo (o estudios) y la relación con Dios. Las tentaciones sexuales afectan a todas las personas, siendo los jóvenes los más vulnerables.
El impulso sexual es muy fuerte, más en unos que en otros. Pero Dios conoce muy bien las fortalezas y debilidades de cada uno. Él es justo y fiel y no permitirá prueba alguna que supere nuestra capacidad, pues nos promete la salida para soportarla (1 Corintios 10:13). Si luchas contra el uso inmoral de la sexualidad, sométete a Dios pues él promete que con tal fuerza el diablo huirá de ti (Santiago 4:7). Una promesa tal, memorizada y repetida en momentos críticos, te acercará a Dios para que él te libre del paso erróneo.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2020 «Buena Medicina es el Corazón Alegre» Por: Julián Melgosa – Laura Fidanza.
Colaboradores: Ricardo Vela & Esther Jiménez