¿Cuántos sermones has escuchado que no parecen tener sentido? ¿Cuántos estudios bíblicos has recibido que no tenían propósito? ¿A cuántas clases de Escuela Sabática has asistido que sencillamente buscaban llenar un espacio de tiempo? Todo lo que nosotros emprendamos en nuestro discipulado debería ser para la honra de Cristo. Ya que su gran mandato implica «echarnos» al mundo para que busquemos almas, nos corresponde estimular a las personas (en el momento adecuado) a que tomen una decisión.
La Biblia enfatiza repetidamente que los trabajadores de la cosecha son pocos y que el tiempo de la cosecha ha llegado y los frutos ya están a la vista. Por qué es tan difícil e incluso incómodo cosechar? Quizá mientras estudiabas esta semana, has pensado que la presente lección no es para ti. La reticencia a hacer un llamamiento pidiendo una decisión quizá sea el resultado de dos posibles escenarios:
Falta de conocimientos prácticos: «Muchos trabajarían con gusto si se les enseña la forma de empezar» (Servicio cristiano, cap. 5, p. 64). Esta es la explicación más sencilla y más com. Muchos no han aprendido a hacer una apelación. Cuando compartimos la verdad, debemos hacernos las siguientes preguntas. «¿Qué les estoy pidiendo a los oyentes que hagan?». «¿Por qué se presentó este tema?». «¿Qué debe hacer el oyente al respecto?». «¿Cuál es la voluntad de Dios respecto al mensaje y al oyente?». En segundo lugar, la respuesta debería ser cuidadosamente elaborada: «¿Cómo debe mostrar la gente su respuesta?». «l¿Usarán sus manos, se pondrán en pie, caminarán por el pasillo hacia el estrado, firmarán algo, asistirán en forma verbal?». En tercer lugar, se debe comunicar con claridad respecto a cuándo, co y dde debe expresarse la respuesta al llamamiento. El temor puede llevar a alguien a que presente una apelación ambigua que podría perjudicar la decisión.
Demasiada autosuficiencia. Algunos escenarios son problemáticos e incómodos porque el discípulo se centra demasiado en sí mismo. Cuando uno está preocupado por evitar la vergüenza y la opinión negativa de los demás, buscar la popularidad u otras cosas de naturaleza egoísta, la experiencia no recibirá la aprobación de Dios. Hacer una apelación debe nacer de nuestra dependencia del Espíritu Santo y de su voluntad para todos. «El secreto de nuestro éxito y poder como pueblo que presenta verdades avanzadas se observará cuando realicemos apelaciones directas y personales a todos aquellos que están interesados, teniendo una inconmovible fe en el Dios de lo alto» (The Review and Herald, 30 de agosto, 1892).
¿Anhelas una experiencia profunda que te lleve a confiar completamente en Cristo? ¿Por qué no involucrarte en el evangelismo público, o en un escenario de decisión asociado al estudio de la Biblia, labores que intentan cosechar a otra generación de discípulos para Jesús?
Reflexiona de nuevo en el texto de Juan 4: 28-38 (36-38) tratando de identificar a Jesús en el mismo.
¿Te está llamando Jesús a que coseches en forma creativa en favor de él?
¿Qué te está diciendo Jesús por medio de estos versículos?
¿En qué sentido puedes ver a Jesús en forma diferente, o identificar algún rasgo nuevo de él, basándote en los versículos anteriores?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020.
3er trimestre 2020 “Las Bases Del Discipulado”
Lección 9: «EL PROCESO DEL DISCIPULADO: LA COSECHA«
Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo