En determinado momento durante nuestra preparación del terreno, surgirá alguna ocasión para saltar la barrera con el propósito de efectuar la siembra. En algunos casos la oportunidad será obvia, mientras que en otros no será tan obvia pero estará ahí. Hay quienes afirman que el alcance cristiano debería limitarse al servicio comunitario y a la realización de actos de bondad, pero el ministerio, las enseñanzas y el ejemplo de Cristo, como lo evidencia Juan 4, indican lo contrario. Cristo buscó continuamente oportunidades para impactar la vida de la gente utilizando las verdades espirituales del reino de Dios. El enfoque de Cristo será revisado en la sección inVita.
Cuando las oportunidades individuales no estén disponibles, el uso de libros o de material impreso será bastante efectivo. Como dijera el gran evangelista Charles Spurgeon:
«Cuando la predicación y la charla privada no estén a tu alcance, debes tener un tratado a mano. Obtén únicamente folletos llamativos y apropiados; en caso contrario, no utilices ninguno. Indudablemente un conmovedor tratado impreso que contenga la verdad del evangelio puede representar la semilla de la vida eterna. Por tanto, no salgas a la calle sin tus tratados».
La literatura religiosa que regales debe presentar claramente el mensaje del evangelio, que es el ico poder de Dios para la salvación (ver Rom. 1: 16). En la parábola del sembrador, la semilla es la Palabra de Dios; por lo tanto, los buenos tratados deben contener textos y citas de las Escrituras. Estos mensajeros pueden llegar a lugares donde nosotros no podemos ir; incluso se podrán leer en momentos en los que nosotros no podremos hablar. Dios ha usado la literatura evangélica en innumerables ocasiones para llevar a las personas menos esperadas a una relación genuina con Cristo.
En muchos sentidos, esta literatura también será el instrumento perfecto para el uso de creyentes introvertidos. Si bien los extrovertidos pueden disfrutar de la interacción verbal para compartir su testimonio, los que no lo son podrían encontrar formas creativas y prudentes de distribuir literatura cristiana. Lamentablemente, muchos cristianos de hoy desprecian este método y su eficiencia. Si Bien las discusiones para aumentar la efectividad de la literatura distribuida deben ser bienvenidas, despreciar este método no tiene sentido. Después de todo, no es acaso una forma muy eficaz de predicar el evangelio, el reino de Dios, los mensajes de los tres ángeles, las buenas nuevas, la salvación para la humanidad, el mensaje de Jesús?
Existen numerosos relatos de personas que después de haber leído algún libro religioso han dado un giro a sus vidas, enfocando su mirada en el cielo. Algunos quizá lanzaron el libro al piso, de donde lo tomó un miembro del personal de limpieza que, a leerlo, dio sus primeros pasos hacia la conversión. Otros quizá se alejen de los que distribuyen esta literatura para leerla en privado más tarde. También hay quienes han llenado globos aerostáticos con el mensaje impreso y los han soltado para que cruzaran fronteras internacionales y llegarán a países donde es difícil hablar del evangelio. Hay misioneros que arrojan estas semillas desde aviones por América del Sur para ganar a los nativos de ciertas regiones de difícil acceso, o incluso llegar con el evangelio a guerrilleros que viven en la clandestinidad. Otros laboran en las grandes ciudades para distribuir folletos y libros en zonas densamente pobladas. ¿Quién podrá predecir cuáles serán los resultados finales de la siembra de estas semillas?
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¿Cómo podemos ir más allá en la acción de sembrar y distribuir literatura en el ámbito de la congregación local?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 3er trimestre 2020 “Las Bases Del Discipulado” Lección 7: «EL PROCESO DEL DISCIPULADO: LA SIEMBRA« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo