Lee Romanos 15:7 y Efesios 4:32. ¿Cómo describirías la base de toda aceptación? ¿Cuál es la esencia de una actitud de aceptación?
En estos dos pasajes, el apóstol Pablo presenta los principios subyacentes a nuestra aceptación el uno del otro. Debido a que Cristo nos ha perdonado y aceptado a cada uno de nosotros, ¿podemos negarnos a perdonarnos y aceptarnos unos a otros? De hecho, es precisamente debido a que Jesús nos recibió que podemos recibirnos unos a otros, incluso a pesar de los defectos del otro.
Piensa bien sobre lo que esto significa. Piensa en ti mismo y en algunas de las cosas que has hecho y con las que aún podrías estar luchando; cosas que, tal vez, solo tú conoces, cosas que te aterrorizaría si otros también lo supieran.
Y, aun así, por fe eres aceptado en Cristo, quien sabe todas las cosas de las que otros podrían no saber nada. Sí, él sabe todo eso y, sin embargo, te acepta de todos modos, no por tu propia bondad, sino por la suya.
¿Cuál, entonces, debería ser tu actitud hacia los demás?
Aquí hay un concepto difícil de entender para algunos. La aceptación genuina significa que aceptamos a las personas tales como son, con todos sus hábitos pecaminosos, porque son seres humanos creados a imagen de Dios. Debido a que Cristo murió por nosotros “siendo aún pecadores” y “fuimos reconciliados con Dios” cuando éramos sus enemigos, podemos perdonar y aceptar a otros. Su amor hacia nosotros se convierte en el fundamento de nuestra aceptación y perdón hacia los demás (Rom. 5:6-10).
Pero, una vez que se ha establecido una relación afectuosa de aceptación, a menudo es necesario confrontar amorosamente a otro individuo con las verdades de las Escrituras. Dejar de hacer esto es dejar de amar. Como amigos, nos preocupamos lo suficiente como para compartir con nuestros amigos verdades eternas que cambian la vida.
La actitud de Jesús no fue: “Haz lo que quieras. Todo está bien. Todavía te acepto”. Su actitud fue, más bien: “No importa lo que hayas hecho, estoy dispuesto a perdonarte y darte poder para cambiar”. La verdad bíblica presentada humildemente en el espíritu de Cristo, con una actitud amorosa, gana corazones y cambia vidas. ¿Cómo podemos aceptar a un individuo sin aceptar el comportamiento pecaminoso de esa persona? ¿De qué manera podemos aceptar mientras, al mismo tiempo, no justificamos o toleramos el pecado?