«El corazón del rey se bifurca como los ríos, pero en manos del Señor sigue los planes divinos» (Proverbios 21: 1).
Stephen Covey nació en Salt Lake City (Utah, Estados Unidos) en 1932. Llegó a ser conocido por su libro Las siete hábitos de la gente altamente eficaz, publicado por primera vez en 1989, del cual se han vendido más de veinticinco millones de ejemplares en treinta y ocho idiomas. Fue así como llegó a ser una de las personas más influyentes en temas de liderazgo. Además, viajó por todo el mundo exponiendo sus ideas y extendiendo los principios de su libro a los niños y los adolescentes, entre otros. Covey murió en Julio de 2012.
Hace varios años tuve la oportunidad de escuchar una interesante ponencia de Stephen Covey en la Ciudad de México. Me impresionaron sus conceptos y enseñanzas, así como la sencillez con la que exponía sus ideas. Los asistentes parecían pegados a sus asientos mientras este hombre expresaba con profunda convicción cuestiones sobre la eficacia en la vida. Al final, se abrió un espacio para preguntas, comentarios y observaciones. Entonces, alguien le pregunto cuál era el líder que más lo había impactado en su vida. Respondió sin titubear: «¡Jesucristo!. Y luego agrego: «Dios ha dada dones a los seres humanos para usarlos, yo le doy toda la gloria y honra a él». El público se puso en pie y aplaudió con entusiasmo. Fue un momento sumamente conmovedor. Me llené de emoción cuando escuche a este brillante líder exaltar el nombre de Dios delante de un selecto auditorio. En el fondo, Covey estaba diciendo que, por muy buenos que sean nuestros grandes esfuerzos y proyectos de vida, al final, aquellas personas que ponen su vida en las manos de Dios cumplirán los verdaderos propósitos para los que han venido a este mundo.
El corazón humano es cambiante, «se bifurca» ante circunstancias adversas y momentos difíciles. Por eso es necesario confiar en el Padre celestial. Él sabe cómo podemos aprovechar nuestros talentos de la mejor manera. El rey Salomón lo reconoció de la siguiente manera: «De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú dominas sobre todo. En tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano también está el engrandecer y el dar poder a todos (1 Crónicas 29: 12).
Te invito a darle a Dios el primer lugar en tu vida. Invítalo a ser parte de tus logros y beneficios. Y, por supuesto, cuando alguien lo pregunte a que se debe tu éxito, le otorgues a Jesucristo el lugar que le corresponde.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2020 «Una Nueva Versión de Ti» Por: Alejandro Medina Villarreal Colaboradores: Israel Esparza & Ulice Rodriguez