«El triunfo de los justos siempre es motivo de fiesta; el triunfo de los malvados espanta a todo el mundo. Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón. ¡Dios bendice a quienes lo obedecen! Pero los necios caen en la desgracia». Proverbios 28: 12-14, TLA
LAS CONDICIONES PARA OBTENER la misericordia son sencillas, justas y razonables. El Señor no requiere que hagamos nada penoso para que obtengamos el perdón del pecado. No es necesario que hagamos largos y extenuantes peregrinaciones o lacerantes penitencias para encomendar nuestras almas al Dios del cielo o para expiar nuestra transgresión; pero el que «sus pecados […] confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia» (Prov. 28: 13). Esta es una preciosa promesa, dada al pecador caído para animarlo a confiar en el Dios de amor y a buscar la vida eterna en su reino. […]
Daniel ante Dios no buscó excusas ni para él ni para su pueblo; sino que en humildad y profundo arrepentimiento confesó la magnitud completa y el demérito de sus transgresiones, y defendió como justa la manera en que Dios había actuado con una nación que había invalidado sus demandas y que no se beneficiaría con sus ruegos.
Hoy en día hay una gran necesidad precisamente de un sincero y profundo arrepentimiento y confesión. Aquellos que no se han humillado ante Dios en reconocimiento de su culpa, todavía no han cumplido la primera condición del arrepentimiento. Si aún no hemos experimentado ese arrepentimiento que sale del corazón y que tiene resultados permanentes, y no hemos confesado nuestro pecado con verdadera humillación y quebrantamiento de espíritu, aborreciendo la iniquidad, no hemos nunca buscado verdaderamente el perdón de los pecados; y si nunca lo hemos buscado, nunca hemos encontrado la paz de Dios. La única razón porque no obtenemos la remisión de los pecados pasados es que no estamos dispuestos a subyugar nuestros altivos corazones y cumplir con las condiciones de la Palabra de verdad.— Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 597-598.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «FAMILIARIZÁNDONOS CON LA MISERICORDIA DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez