A medida que trabajéis por otros, el poder divino del Espíritu obrará sobre sus almas, porque ellos han sido comprados por la san- gre del Hijo unigénito de Dios. Sólo podremos tener éxito en ganar las almas por las cuales Cristo murió, si dependemos de la gracia y el poder de Dios para hacer la obra de convencer y convertir el corazón. Mientras les presentéis la verdad de Dios, la incredulidad y la duda lucharán por mantener el dominio de la mente; pero dejad que la palabra empeñada de Dios expulse la duda de vuestros corazones.
Creed lo que Dios dice, y trabajad con fe. Satanás se presentará con sus sugestiones para haceros desconfiar de la palabra de vuestro Padre celestial, pero considerad que “todo lo que no proviene de fe, es pecado”. Acicateadvuestrafehastaquesobrepaselatenebrosa sombra de Satanás, y colocadla en el propiciatorio, y no abriguéis una sola duda. Es éste el único modo por el cual obtendréis experiencia y hallaréis la evidencia tan esencial para vuestra paz y confianza.
Al aumentar vuestra experiencia, tendréis más ardor de alma y más cálido amor por el servicio de Dios, pues tenéis unidad de propósito con Jesucristo. Vuestras simpatías son engendradas por el Espíritu Santo. Lleváis el yugo de Cristo y sois obreros juntamente con Dios (Youth’s Instructor, agosto 9, 1894).