«Si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo». Mateo 5: 23-26, NVI
HAY CONFESIONES QUE EL SEÑOR nos pide que hagamos unos a otros. Si hemos herido a un hermano de palabra o de hecho, lo primero ha de ser reconciliarse con él para que nuestra adoración resulte aceptable en el cielo. Hemos de confesarnos a los que hayamos herido y tenemos que hacer restitución, produciendo «frutos dignos de arrepentimiento» (Mat. 3: 8). Si alguien alberga sentimientos de amargura, ira o malicia hacia algún hermano, que se dirija a él personalmente, confiese su pecado y procure el perdón.
De la forma como Cristo trata a los que yerran, podemos aprender valiosas lecciones, que se pueden aplicar por igual a toda confesión. Nos pide que busquemos solos al que ha caído en la tentación y que luchemos con él. Si no es posible ayudarle por causa de lo ofuscado que está y de su separación de Dios, debemos intentarlo de nuevo con dos o tres personas más. Únicamente si el mal no se corrige debemos comunicarlo a la iglesia. Es mejor tratar de arreglar los males y sanar las heridas sin necesidad de presentar el asunto ante toda la congregación. […]
Sin embargo, la cuestión de cómo y a quién deben confesarse los pecados exige un cuidadoso estudio basado en la oración. Hemos de considerar el asunto de la confesión desde todo punto de vista, pesándola ante Dios y buscando la divina iluminación. […]
Hay poder y permanencia en lo que el Señor hace, sea que actúe por medio de instrumentos humanos o de otra manera. […] Los corazones que están bajo la influencia del Espíritu de Dios estarán en dulce armonía con su voluntad.— Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 607-608.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «FAMILIARIZÁNDONOS CON LA MISERICORDIA DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez