Cuando la hija del Faraón abrió la cesta, vio al bebé y rápidamente se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Así que, en vez de entregarlo a los soldados, decidió cuidarlo como si fuera su hijo.Entonces, María se acercó y le preguntó a la princesa:
—¿Quiere que vaya a buscar a una mamá para que le dé el pecho a este bebé? La princesa dijo que sí. La mamá de los niños se puso muy contenta porque ahora podría criar a su propio bebé. Cuando el bebé fue grande,la hija del faraón lo adoptó y lo llamó Moisés, que significa«salvado de las aguas».
Aquel bebé creció y llegó a ser todo un príncipe en Egipto, sin embargo, nunca se olvidó de lo que su mamá le había enseñado: obedecer a Dios. por eso, era bueno con todos y tenía fe en Dios.
¿Y yo?
Cuando fue grande, Moisés se acordaba de lo que su mamá le había enseñado acerca de Dios y eso lo hacía diferente del resto de las personas.
Las historias de la Biblia nos enseña grandes verdades.
¡Nunca te olvides de ellas!
Mi oración para hoy
Querido Jesús, ayúdame a ser bueno y amigable con quienes no te conocen.
En la Biblia leemos:
«Y ya grande se lo entregó a la hija del Faraón, la cual lo adoptó como hijo suyo y lo llamó Moisés» (Éxodo 2: 10)