Devocional Vespertino 2020 Para el: 02 julio
LO QUE DIOS PIDE
«»En aquel día, canten acerca del viñedo fértil. Yo, el Señor, lo vigilaré, y lo regaré con cuidado. Día y noche lo vigilaré para que nadie pueda hacerle daño. Mi enojo habrá desaparecido. Si encuentro zarzas y espinos en crecimiento, los atacaré; los quemaré, a menos que vuelvan a mí en busca de ayuda. Que se reconcilien conmigo; sí, que se reconcilien conmigo». Se acerca el tiempo cuando los descendientes de facob echarán raíces; /Israel brotará y florecerá, y llenará de fruto el mundo entero!». Isaías 27: 2-6, NTV
ENOC POSEÍA UNA MENTE PODEROSA, bien cultivada, y profundos conocimientos. Dios lo había honrado con revelaciones especiales; sin embargo, por el hecho de que estaba en continua comunión con el cielo, y reconocía constantemente la grandeza y perfección divinas, fue uno de los hombres más humildes. Cuanto más íntima era su unión con Dios, más profundo era el sentido de su propia debilidad e imperfección.
Afligido por la maldad creciente de los impíos, y temiendo que la infidelidad de todos pudiera aminorar su veneración hacia Dios, Enoc eludía el relacionarse continuamente con ellos, y pasaba mucho tiempo en la soledad, dedicándose a la meditación y a la oración. Así esperaba ante el Señor, buscando un conocimiento más claro de su voluntad a fin de cumplirla. Para él la oración era el aliento del alma. Vivía en la misma atmósfera del cielo.— Patriarcas y profetas, cap. 6, p. 64.
Manteniéndose así en comunión con Dios, Enoc llegó a reflejar cada vez más la imagen divina. Su rostro irradiaba una santa luz, semejante a la que resplandece del rostro de Jesús. Cuando regresaba de estar en comunión con Dios, hasta los impíos miraban con reverencia ese sello del cielo en su semblante.— Ibíd. , p. 66.
Quienquiera que bajo la reprensión de Dios se humille con la confesión y el arrepentimiento, tal como lo hizo David (Sal. 51), puede estar seguro de que hay esperanza para él. Quienquiera que acepte por la fe las promesas de Dios, hallará perdón. Jamás rechazará el Señor a alguien verdaderamente arrepentido. Esta es su promesa:
«¡Que haga conmigo paz!, ¡sí, que haga la paz conmigo!». «Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, […] el cual será amplio en perdonar» (Isa. 27: 5; 55: 7).— Ibíd., cap. 71, p. 717.
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Devocional Vespertino Para 2020.
«Conocer al Dios Verdadero»
«Para FAMILIARIZÁNDONOS CON LO ORDENADO POR DIOS»
Por: Elena G. de White
Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez
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