«Oren en todo momento». «Un día, Jesús fue a cierto lugar para orar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se acercó y le pidió: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan el Bautista enseñó a sus seguidores»». «Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra». 1 Tesalonicenses 5: 17, NBV; Lucas 11: 1, TLA; Hechos 6: 4, NVI
ORE, CLARO QUE SÍ, ORE como nunca antes; para que no sea usted engañado por las artimañas de Satanás, para que no se entregue a la indiferencia y la superficialidad, y para que no asista a la iglesia solo para acallar su conciencia. A lo largo de la historia nunca ha resultado aceptable que los cristianos fueran amantes de los placeres, pero mucho menos ahora cuando está por concluir la historia terrenal.
Ciertamente los fundamentos de la esperanza de vida eterna no pueden ser suficientemente firmes. Su bienestar espiritual, y su felicidad eterna, dependen de que usted esté bien fundamentado en Cristo. Mientras algunos se van tras los placeres terrenales, busque usted la seguridad absoluta del amor de Dios, mientras clama sincera y fervientemente: «¿Quién podrá mostrarme cómo «consolidar [mi] llamamiento y [mi] elección» (2 Ped. 1: 10, LPH)?».— Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 131.
Las tinieblas del maligno envuelven a aquellos que descuidan la oración. Las tentaciones arteras del enemigo los incitan al pecado; y todo porque no se valen del privilegio de orar que Dios les ha concedido.
¿Por qué los hijos e hijas de Dios son tan remisos para orar, cuando la oración es la llave en la mano de la fe para abrir el almacén del cielo, donde están atesorados los recursos infinitos de la Omnipotencia?
Sin incesante oración y diligente vigilancia, corremos el riesgo de volvemos indiferentes y de desviamos del buen camino. El adversario procura sin cesar obstruir el acceso al propiciatorio para que no obtengamos, mediante fervientes súplicas y fe, gracia y poder para resistir la tentación.— El camino a Cristo, cap. 11, p. 140.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para FAMILIARIZÁNDONOS CON LO ORDENADO POR DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez