«Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan». Hebreos 1 1 : 4-6
EN ALGUNOS CASOS de curación, Jesús no concedía inmediatamente el beneficio pedido. Pero en este caso de lepra, apenas hubo oído la petición la atendió. Cuando oramos para pedir bendiciones terrenales, la respuesta a nuestra oración puede tardar, o puede ser que Dios nos dé algo diferente de lo solicitado; pero no sucede así cuando le pedimos que nos libere del pecado. La voluntad de él es limpiarnos del pecado, hacernos sus hijos y ayudarnos a llevar una vida santa. Cristo «se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre» (Gál. 1: 4).— El ministerio de curación, cap. 4, p. 38.
La fe nos vincula con el cielo y nos da fuerzas para contender «contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas» (Efe. 6: 12). Dios ha provisto en Cristo los medios para contrarrestar toda malicia y resistir toda tentación, por fuerte que sea. Pero muchos sienten que les falta la fe, y por eso permanecen apartados de Cristo. Quienes así piensan cójanse, conscientes de su desesperada indignidad, a los brazos misericordiosos de su compasivo Salvador. No mire a usted mismo, sino a Cristo. El que sanó a los enfermos y echó fuera los demonios cuando andaba con los hombres, sigue siendo el mismo poderoso Redentor. Aferrémonos, pues, a sus promesas como de las hojas del árbol de la vida: «Al que a mí viene, no lo echo fuera» (Juan 6: 37). Al acudir a él, creamos que nos acepta, pues así lo prometió. Nunca pereceremos si así lo hacemos, ¡nunca!.— Ibid., p. 35.
En la oración de fe hay una ciencia divina; esa ciencia que debe comprender todo el que quiera tener éxito en su vida.— La educación, cap. 30, pp. 232-233.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para FAMILIARIZÁNDONOS CON LO ORDENADO POR DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez