Ester era judía, sin embargo, había nacido en Persia. Cuando sus padres murieron, su primo Mardoqueo, que trabajaba en el palacio real, la llevó a vivir a su casa.
Ester era muy bonita, bondadosa Y simpática. Además, amaba a Dios. Cuando el rey buscó a una joven para casarse, ella fue la elegida.
Durante ese tiempo, un hombre de la corte muy malo y envidioso logró engañar al rey para que creara una ley para matar a todos los judíos. Entonces, Ester oró a Dios y, con gran valor, fue a hablar con el rey para proteger a su pueblo. ¡Y pudo resolver el problema!
¿Y yo?
Dios puede darte valor en los momentos difíciles.
Mi oración para hoy
Ayúdame, Jesús, a confiar en ti.
En la Biblia leemos:
«Para entonces, Ester se había ganado ya la simpatía de todos los que la trataban» (Ester 2: 15).