«‘Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios’ aclaró Jesús» (Luc. 18:27).
En el verano de 1945, el poder enceguecedor de la energía nuclear se evidenció en la primera prueba de una bomba atómica. Esto debió de haber sido un poco bochornoso para Albert Einstein, que unos años antes había dicho: «No existe ni el menor indicio de que se pueda llegar a obtener energía nuclear. Eso significaría que el átomo tendría que poder ser destruido a voluntad».
Fue aún más incómodo para el almirante William Leahy, que le había asegurado al presidente de los Estados Unidos Harry Truman que el proyecto de la bomba atómica «es la mayor tontería que hayamos cometido alguna vez La bomba no estallará jamás, y hablo como experto en explosivos».
Un largo historial de gente cometió el error de decir que algo no podía suceder justo antes de que sucediera. Hasta le pasó a Wilbur Wright. «Confieso que en 1901 le dije a mi hermano Orville que el hombre no volaría en cincuenta años», admitió Wilbur en un discurso en el Aeroclub de Francia. «Dos años después nosotros mismos hicimos vuelos. Esta demostración de mi impotencia como profeta me sorprendió tanto que, desde entonces, no confío en mí mismo y evito hacer cualquier predicción».
El inventor Lee de Forest pensó que la idea de ir a la Luna era una locura más grande que una casa. «Colocar a un hombre en un cohete multifásico proyectarlo hacia el campo gravitacional de control de la Luna donde los pasajeros pueden hacer observaciones científicas, tal vez aterrizar vivos y luego regresar a la Tierra, todo eso constituye un sueño imposible», afirmó. Luego hizo una fuerte declaración: «Me atrevo a decir que un viaje humano de es características nunca ocurrirá, independientemente de todos los avances futuros». Doce años más tarde, astronautas caminaron sobre la Luna.
Por lo tanto, ten cuidado de no decirle a la gente que sus planes no funcionarán. Podría ser bochornoso para ti. También deberías tener cuidado al decir lo que no puedes hacer. Dios quizá tenga planes de lograr, por medio de ti, cosas que son más grandes de lo que esperas… quizás hasta algo que es “imposible”. Kim