Pon un cuchillo a tu garganta, si tienes mucho apetito. Proverbios 23:2.
Adam Richman es un icono de la televisión norteamericana. Conocido por el programa de la cadena Travel Channel Man vs. Food [Crónicas carnívoras], lidió durante años con platos colosales repletos de frituras, hamburguesas y helados, que engullía sin protestar. Luego de ingerir enormes cantidades de calorías, durante los cuatro años del programa, Richman anunció su salida de la televisión debido al deterioro de su salud. A partir de allí, un nuevo estilo de vida caracterizado por la regularidad en el consumo de alimentos saludables y la actividad física fue muy importante para recuperar gradualmente su bienestar físico. Ante su decisión de modificar sus hábitos alimentarios, Richman comentó a la revista People ‑según lo consignó The Huffington Post‑ que, aunque disponía «de las comidas más grandes o los platos más ricos, es bueno decir que no».
Es bueno decir que no frente a lo perjudicial; y es bueno decir que no frente a los excesos de aquello que es saludable. Es necesaria la moderación en el consumo de alimentos, aunque estos sean sanos. Pero ¿cómo dejar de pensar en la comida, luego de decir «no»?
Algunos terapeutas proponen utilizar a distracción como estrategia psicoterapéutica, sugiriendo a las personas que salgan a caminar, ordenen su habitación, limpien su casa o cosas similares. Otros recomiendan tener una serie de metas o tareas para cada día, ordenadas de manera prioritaria, con el fin de focalizar la atención sobre dichas tareas, y no sobre la comida. Otros aun proponen identificar a alguna persona que se encuentre en dificultades con el fin de ayudarla. «Con frecuencia, si te alejas un poco de ti mismo y te acercas más a los demás, los problemas suelen desaparecer», dijo el famoso neurólogo y psiquiatra austriaco Víctor Frankl.
Sin embargo, muchas personas tienen dificultades para moderar su alimentación porque la utilizan como un canal para expresar sus emociones. Si están ansiosas, comen en demasía; si están con pena, dejan de comer; y de la misma manera que el alcohólico o el drogadicto, evaden los problemas y temores refugiándose en la comida. Para esas personas, restringir la alimentación equivaldría a restringir las emociones. Nuestro Creador, que conoce a cada uno como si no hubiese otra alma por la cual hubiera dado a su Hijo amado, anhela que le llevemos todas nuestras cargas y le expresemos libremente nuestros sentimientos, sean gozos, tristezas o temores.
La Biblia nos exhorta a abstenernos de todo lo perjudicial a usar con prudencia lo que es saludable, recordando las palabras del apóstol Pablo: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13).
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2020 «Buena Medicina es el Corazón Alegre» Por: Julián Melgosa – Laura Fidanza.
Colaboradores: Ricardo Vela & Esther Jiménez