Quiero decir a todo estudiante: Nunca os quedéis satisfechos con una norma inferior. Al asistir a la escuela, cuidad de tener en vista un objeto noble y santo. Id porque deseáis prepararos para servir en alguna parte de la viña del Señor. Haced cuanto podáis para alcanzar este objeto. Podéis hacer más por vosotros mismos de lo que lograría cualquier otro. Y si hacéis para vosotros mismos todo lo que podéis, ¡qué carga quitaréis al director y a los maestros!
Antes de intentar el estudio de los ramos superiores del conocimiento literario, aseguraos de que comprendéis cabalmente las reglas sencillas de la gramática, y que habéis aprendido a leer, escribir y deletrear correctamente. Ascended por los peldaños inferiores de la escalera antes de alcanzar los superiores.
No dediquéis tiempo a aprender lo que os será de poca utilidad en la vida ulterior. En vez de buscar el conocimiento de los clásicos, aprended primero a hablar correctamente vuestro idioma. Aprended a llevar cuentas. Adquirid un conocimiento de los ramos de estudio que os ayudarán a ser útiles dondequiera que estéis.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 169.