Los que desean ardientemente obtener conocimiento para ser una bendición a sus semejantes, recibirán ellos mismos la bendición de Dios. Mediante el estudio de su Palabra, sus facultades mentales serán despertadas a una actividad fervorosa. Se producirá una ex- pansión y un desarrollo de las facultades, y la mente adquirirá poder y eficiencia.
Todo el que quiere ser un obrero para Dios debe practicar la disciplina propia. Esto logrará más que la elocuencia o los talentos más destacados.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 312, 314.