El padre de Anita sacó unos helados del congelador para llevarles a Anita y a sus amiguitos, que estaban jugando en el patio. En el momento de servir el helado, Anita se portó fatal.
– ¡Estamos en mi casa, así que a mí me toca servirme primero!
Muy triste, su papá tuvo que explicarle que estaba equivocada. Sin embargo, pasó un buen rato hasta que Anita se dio cuenta de que lo que había dicho estaba mal. Para entonces, como estaba haciendo mucho calor, el helado se había derretido completamente y no se lo pudo comer.
¿Y yo?
¿Acaso piensas tú como Anita? ¿Consideras que eres más importante que los demás? Generalmente, este comportamiento trae malas consecuencias. Es mejor no imitarlo.
Mi oración para hoy
Jesús, yo no quiero ser egoísta. Enséñame a poner a los otros en primer lugar.
En la Biblia leemos:
«Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros» (Mateo 19: 30).