««Créanme cuando les digo que mi Padre y yo somos uno solo. Y si no, al menos crean en mí por lo que hago. Les aseguro que el que confía en mí hará lo mismo que yo hago. Y, como yo voy a donde está mi Padre, ustedes harán cosas todavía mayores de las que yo he hecho. Yo haré todo lo que ustedes me pidan. De ese modo haré que la gente vea, a través de mí, el poder que tiene Dios el Padre. Yo haré todo lo que ustedes me pidan». Juan 14: 11-14, TLA
RECORRAMOS EL ANGOSTO CAMINO de la fe. Confiemos en las promesas del Señor. Confiemos en Dios en medio de las tinieblas. Ahora es el momento cuando se debe manifestar fe. Pero a menudo uno se deja llevar por las emociones. Buscamos en nosotros mismos algo de valor cuando no nos sentimos reconfortados por el Espíritu de Dios, y nos desesperamos porque no podemos encontrarlo. No confiamos lo suficiente en Jesús, en el amante Jesús. No dejamos que sus méritos sean todo. Lo mejor que nosotros podamos hacer no merecerá el favor de Dios. Son los méritos de Jesús los que nos salvan, es su sangre la que los limpia. Pero nosotros hemos de esforzarnos. Tenemos que, por nuestra parte, hacer todo lo que podamos. Hemos de ser celosos y arrepentimos (Apoc. 3: 19), y luego creer.— Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 156.
Vi que, si no vemos inmediatamente la respuesta a nuestras oraciones, debemos conservar con firmeza nuestra fe, y no permitir que nos embargue la desconfianza, porque ello nos separaría de Dios. Si nuestra fe vacila, no conseguiremos nada de él. Nuestra confianza en Dios debe ser firme; y cuando más necesitemos su bendición, ella vendrá sobre nosotros como el rocío.
Cuando los siervos de Dios piden su Espíritu y bendición, a veces los reciben inmediatamente; pero no siempre les son concedidos enseguida. En este último caso, no desmayemos. Aférrese nuestra fe de la promesa de que llegará. Confiemos plenamente en Dios, y a menudo esta bendición vendrá cuando más la necesitemos; recibiremos inesperadamente ayuda de Dios cuando estemos presentando la verdad a los incrédulos, y quedaremos capacitados para impartir la Palabra con claridad y poder.— lbíd. , p. 116.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para FAMILIARIZÁNDONOS CON LO ORDENADO POR DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez