Ordeno y mando que en todo mi imperio se respete y reverencie al Dios de Daniel. Daniel 6:26
-Hoy veremos otra historia de Daniel -comenzó el papá.
Hola, soy Daniel, y quiero contarte una historia que gusta mucho a todos los niños; es la historia de cuando me echaron a un foso con leones. El rey Darío me había nombrado principal de ciento veinte gobernadores. Por supuesto que no a todos les gustó eso y quisieron evitarlo. Gracias a Dios pude presentar una hoja de servicio limpia porque llegaron a la conclusión de que nada había de lo que me pudieran acusar. Así que le propusieron al rey Darío que durante treinta días nadie adorara a ningún dios, sino solo a él. Por supuesto que se sintió alagado y accedió a firmar ese decreto.
Yo me di cuenta de lo que había detrás de todo eso, pero decidí seguir orando tres veces al día con las ventanas de mi casa abiertas. Cuando me vieron orando, se lo fueron a decir al rey, pues eso significaba que yo no había obedecido el decreto. El rey Darlo se dio cuenta en ese momento de que le habían tendido una trampa e intentó que no se cumpliera la sentencia, pero no pudo evitarlo. Me tomaron y me echaron al foso de los leones. Darío, muy triste, me dijo que esperaba que mi Dios me pudiera salvar. Esa noche el rey se fue triste a la cama y no pudo dormir; se levantó temprano para ir al foso y me gritó: «Daniel, ¿tu Dios te ha podido librar de los leones?». Yo le respondí que sí, que Dios había enviado a su ángel, había tapado la boca de los leones y no me habían hecho daño. El rey ordenó que me sacaran inmediatamente y que echaran al foso a mis acusadores. Ellos fueron devorados por los leones inmediatamente. El rey reconoció que mi Dios es el verdadero Dios, y dio orden a todo el pueblo de adorarlo. No se te olvide orar, ¡vale la pena!.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2020.
“Descubre el Mejor Libro del Mundo”
Por: Noemí Gil Gálvez Colaboradores: Carlita Mariscal & Adriana Jiménez.