«yo bendigo al Señor en todo momento, su alabanza sin cesar está en mi boca. Todo mi ser se gloria en el Señor; que lo oigan los humildes y se alegren. Glorifiquen conmigo al Señor, ensalcemos su nombre todos juntos. Yo busqué al Señor y me respondió, me libró de todos mis miedos. Quienes lo miran, se llenan de luz y no se sonrojan sus rostros. Clama el humilde y el Señor lo escucha, de todas sus angustias lo salva». Salmo 34: 1(2)-6(7), LPH
¿DEDICAREMOS NUESTROS MOMENTOS de oración a pedir para recibir? ¿Estaremos siempre pensando en nuestras necesidades, y nunca en los beneficios que recibimos? ¿Recibiremos las bendiciones del Señor, y nunca le expresaremos nuestra gratitud, nunca le alabaremos por lo que ha hecho por nosotros? No oramos demasiado, pero nos mostramos remisos a dar las gracias. Si la bondad amante de Dios nos motivara a más gratitud y alabanza, tendríamos más poder en la oración. Abundaríamos más y más en el amor de Dios, y él nos proporcionaría más dádivas por las cuales alabarlo. Los que se quejan de que Dios no atiende sus plegarias, modifiquen sus prioridades e incluyan alabanzas en sus peticiones. Cuando consideren su bondad y misericordia, hallarán que él tiene en cuenta sus necesidades.
Oren, oren fervientemente y sin cesar, pero no se olviden de alabar a Dios. Incumbe a todo hijo de Dios vindicar su carácter. Pueden ensalzar a Jehová; pueden mostrar el poder de la gracia sostenedora. Hay multitudes que no aprecian el gran amor de Dios ni la compasión divina de Jesús. Millares consideran con desdén la gracia sin par manifestada en el plan de redención. Todos los que participamos de esa gran salvación no somos inocentes al respecto. Son muchos los que no cultivan corazones agradecidos.
Pero el tema de la redención es un tema que los ángeles desean escudriñar; será la ciencia y el canto de los redimidos a través de las edades sin fin de la eternidad. ¿No es digno de reflexión y estudio cuidadoso ahora? ¿No alabaremos a Dios con corazón, alma y voz por sus «maravillas para con los hijos de los hombres»? (Sal. 107: 8).—Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 297.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para FAMILIARIZÁNDONOS CON LO ORDENADO POR DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez