«Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro». 1 Juan 3:1-3
NADIE, APARTE DE AQUEL que nos ha creado, puede efectuar una positiva transformación del corazón; pues eso únicamente Dios lo puede hacer. Todo educador tiene que darse cuenta de que debe ser conducido por agentes divinos. Los juicios e ideas humanas del más ínclito personaje se hallan propensos a ser imperfectos y defectuosos. El frágil instrumento humano, sujeto a sus propios rasgos de carácter hereditario, tiene necesidad de someterse diariamente a la santificación del Espíritu Santo, de lo contrario, nuestro ego tomará las riendas y querrá dirigimos. Todo estudiante, con humildad y mansedumbre, ha de someter a Dios sus planes, ideas y métodos para que el Señor los corrija y los conduzca. De lo contrario ni la inagotable energía de Pablo ni la hábil lógica de Apolos tendrán poder para la conversión de las almas.— Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 170, adaptado.
Jesús se revistió de humanidad para poder encontrarse con la humanidad. Él coloca a los seres humanos bajo el poder transformador de la verdad encontrándolos donde están. Obtiene acceso al corazón conquistando la amistad y la confianza, logrando que todos sientan que él está plenamente identificado con la naturaleza humana y los intereses de sus criaturas. La verdad salía de sus labios hermosa en su sencillez, y sin embargo revestida de dignidad y poder. ¡Qué gran Maestro nuestro Señor Jesucristo! ¡Con qué ternura trató a cada honrado investigador de la verdad, para ganarse su adhesión, y hallar lugar en su corazón!— Testimonios para los ministros, cap. 8, pp. 184-185.
Cristo ha hecho toda provisión para que su iglesia sea un cuerpo transformado, iluminado con la Luz del mundo, que posea la gloria de Emanuel. Su propósito es que todo cristiano viva rodeado de una atmósfera espiritual de luz y paz.— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 29, p. 347.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con las acciones de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez