«Todo árbol sano da buenos frutos, mientras que el árbol enfermo da frutos malos. Por el contrario, el árbol sano no puede dar fruto malo, como tampoco puede dar buen fruto el árbol enfermo. Los árboles que dan mal fruto se cortan y se hace una hoguera con ellos. Así pues, también ustedes conocerán a los falsos profetas por sus frutos». Mateo 7: 17-20, LPH
NO IMPORTA cuán altisonante sea su profesión de fe, aquel cuyo corazón no ha sido imbuido por el amor hacia Dios y su prójimo no es discípulo de Cristo. Aunque alguien «tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes», de todos modos, sin amor, su fe no valdría para nada. Podría manifestar gran liberalidad, repartiendo todos sus «bienes para dar de comer a los pobres» impelido por otro motivo que no fuera el amor genuino, su acción no lo haría acreedor del favor de Dios. En su celo podría hasta entregar su «cuerpo para ser quemado» en el martirio, pero si carece de los más valioso, el amor, Dios lo consideraría como un fanático engañado o como un hipócrita ambicioso (1 Cor. 13: 1-3).— Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 157.
En la vida sosegada y consecuente de un puro y genuino cristiano hay una elocuencia mucho más poderosa que la de la mejor oratoria. Lo que alguien es ejerce más influencia que lo que dice. […]
Nuestro carácter y experiencia determinan nuestra influencia en los demás. Para convencer a otros del poder de la gracia de Cristo, tenemos que conocer ese poder en nuestro corazón y nuestra vida. El evangelio que predicamos para la salvación de las almas debe ser el evangelio que salva nuestra propia alma.
Solo mediante una fe viva en Cristo como Salvador personal nos resulta posible hacer sentir nuestra influencia en un mundo escéptico. Si queremos sacar pecadores de la impetuosa corriente del mal, nuestros pies deben estar afirmados en la Roca: Cristo Jesús. El símbolo del cristianismo no es una señal exterior, ni tampoco una cruz o una corona que se lleven puestas, sino que es aquello que revela la unión del hombre con Dios.— El ministerio de curación, cap. 40, pp. 337-338.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con las acciones de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez