«Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo!» (Ecl. 5:10)
En séptimo de primaria, Tony solo medía 1.20 y era muy delgado. «Me veía como un fideo andante», recuerda. Su gran interés por practicar el skateboarding no contribuía a su popularidad.
Cuando la familia se mudó a otra ciudad de California, las cosas empeoraron. Ahora comenzaba la secundaria, aunque por su tamaño parecía que todavía debía estar en primaria. Tenía un cabello rubio que le caía sobre los ojos y usaba ropa extraña. Se burlaban de él todo el tiempo, y las autoridades del colegio le quitaron lo único que le importaba: su patinete.
Pero luego, sus compañeros comenzaron a descubrir que Tony era un atleta profesional. Le pagaban para que usara esa ropa extraña. Conseguía tanto dinero ganando concursos de skateboarding y promocionando equipamiento que se compró su propia casa siendo apenas un adolescente. Apareció en una publicidad de la bebida energética Mountain Dew y en otros videos populares.
La actitud hacia Tony en el colegio comenzó a cambiar. En lugar de considerarlo un tipo raro que querían evitar, los estudiantes trataban de conocerlo. Cuando invitaba amigos a su casa, aparecían docenas de personas que no conocía.
En el colegio había experimentado lo que era ser impopular y popular. Todo lo que sabía era que le encantaba el skate, y que deseaba patinar cada vez mejor. Tony Hawk llegó a ser el primer skateren lograr un «900»: rotar dos veces y media en el aire sobre la rampa de skate.
En la Biblia, Salomón sugiere: «Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas» (Ecl. 9:10, RV60). Al mirar atrás, Tony cree que esforzarse para ser un mejor patinador es lo que le trajo más satisfacción en la vida. Ni la riqueza ni la fama. Así que si estás pensando en elegir un trabajo para tu vida solo por el dinero, deberías pensar en realizar un pequeño truco llamado «180» (es decir, busca que tus intereses den un giro de 180 grados). Kim