«Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes; pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes. Entonces, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas del cielo?; y si no son fieles con las cosas de otras personas, ¿por qué se les debería confiar lo que es de ustedes?». Lucas 16: 10-12, NTV
CADA QUIEN, «CUAL ES su pensamiento en su mente, tal es él» (Prov. 23: 7, RVA15). Muchos pensamientos forman la historia no escrita de cada día, y estos pensamientos tienen mucho que ver con la formación del carácter. Debemos vigilar estrictamente nuestros pensamientos, pues un pensamiento impuro deja una huella profunda en lo más íntimo del ser. Un pensamiento negativo deja una impresión negativa en la mente. Si los pensamientos son puros y santos, se mejora por haberlos acariciado; aceleran el pulso espiritual y aumentan el poder para hacer el bien. Y así como una gota de lluvia prepara el camino para otra en el humedecimiento de la tierra, un buen pensamiento prepara el camino para otro.
El viaje más largo se efectúa dando un paso a la vez. La sucesión de pasos nos lleva al final del camino. La cadena más larga se compone de muchos eslabones. Si uno solo de estos eslabones es defectuoso, la cadena no sirve. Lo mismo ocurre con el carácter. Un carácter bien equilibrado se forma por la buena ejecución de pequeños actos. Un defecto, cultivado en vez de vencido, nos hace imperfectos nos cierra la puerta de la santa ciudad. Los que lleguen al cielo tendrán un carácter liberado de toda «mancha», «arruga» y cualquier otra imperfección» (Efe 5: 27, NVI); pues nada que corrompa podrá entrar allí. En toda la hueste redimida no se verá un defecto.
La obra de Dios es perfecta como un todo, porque es perfecta en cada una de sus partes, por pequeñas que sean. Dios forma la hojita de hierba con el mismo cuidado con que haría un mundo. Si deseamos ser perfectos […] hemos de ser fieles en las cosas pequeñas.— Mensajes para los jóvenes, secc. 4, pp. 99-100.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con las acciones de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez