«Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en el. Así como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres, que comieron el maná y murieron; el que come este pan vivirá eternamente». Juan 6: 55-58
NUESTRA VIDA HA DE ESTAR unida a la de Cristo; hemos de depender constantemente de el, participando de el, el pan vivo que descendió del cielo, bebiendo de una fuente siempre fresca, que siempre ofrece sus abundantes tesoros. Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, permitiendo que nuestros corazones expresen el agradecimiento y la alabanza que él merece, tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa.
Nuestras oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo. El nos desvelara sus misterios. A menudo nos vendrá un dulce y gozoso sentimiento de la presencia de Jesús. A menudo nuestros corazones arderán dentro de nosotros mientras él se acerque para ponerse en comunión con nosotros como lo hizo con Enoc. […]
En aquellos que la posean, la religión de Cristo se revelara como un principio vivificador que todo lo penetra, como una energía espiritual y viviente en acción. Se manifestará la frescura, el poder y el gozo de la perpetua juventud.
El corazón que recibe la Palabra de Dios no es como un pozo de agua que se evapora, ni como una cisterna rota que pierde lo que atesora. Es como el torrente de la montaña alimentado por fuentes inagotables, cuyas aguas frescas y cristalinas saltan de una roca a otra, refrescando al cansado, al sediento y al agobiado.— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 11, pp. 102-103.
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de sobrevenir en el mundo. como una sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligentemente la Palabra de Dios.— Profetas y reyes, cap. 51, p. 420.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con las acciones de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez