«Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno» (Efe. 5:15, 16).
Eric Thames estaba aburrido. Creía que el béisbol profesional era más emocionante de lo que había resultado ser. Sus primeros años en las ligas mayores no habían sido especialmente buenos, y luego jugó para una liga en Corea del Sur.
«Estaba tan aburrido allí», le contaba Eric a FanGraphs.com.»La barrera del idioma era realmente complicada. Para mí, significó pasar mucho tiempo solo. No hablaba nada de coreano. Todos los demás jugadores norteamericanos tenían familia, así que estaban con sus hijos. Yo, sin embargo, me la pasaba en Internet, leyendo cosas; y estaba aburrido».
Eric comenzó a dedicar las largas horas de aburrimiento a aprender a batear mejor. Puso su tableta sobre la mesa y comenzó a ver videos de lanzamientos con su bate en la mano, tratando de decidir si batear o dejarla pasar. Practicaba en su departamento un bateo más plano.
Vez tras vez miró videos de Barry Bonds. Vio cómo el campeón de jonrón esperaba pacientemente el lanzamiento adecuado. Cuando Eric comenzó a practicar el mismo tipo de paciencia, empezó a ser eliminado menos veces y a lograr más jonrones. Al mejorar cada vez más, llamó la atención de los Milwaukee Brewers, que le ofrecieron un contrato de 16 millones de dólares para regresar a una liga mayor de béisbol en su país.
Eric tomó el tiempo que tenía y lo usó para llegar a ser un mejor jugador de béisbol. La próxima vez que estés aburrido, interprétalo como un regalo. Puedes usar ese tiempo para mejorar tus habilidades, como practicar piano, leer o aprender algo de mecánica o de electrónica. Cuando veas cuánto hay para aprender y cuánto hay para descubrir en el mundo, nunca más estarás aburrido. Kim