Para que seáis ricos en todo para toda generosidad […] porque la entrega de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios. 2 Corintios 9:11-12.
El Producto Interior Bruto (PIB) es un indicador de crecimiento económico, que por años ha sido considerado como el reflejo del bienestar de una sociedad. Tanto los gobiernos como los medios de comunicación han visto en este índice un símbolo del éxito y del progreso, favoreciendo en la mente de las personas la idea de que la cantidad de ingresos económicos influye directamente sobre la felicidad. No es extraño entonces que una gran muchedumbre se encuentre en una vertiginosa búsqueda de dinero, acumulando bienes y cosas, aunque el objetivo se postergue indefinidamente.
No obstante, este punto de vista ha sido seriamente cuestionado desde distintos sectores. En 1972, el rey de Bután, un país asiático de limitados recursos, propuso un nuevo índice denominado Felicidad Interna Bruta (FIB) para medir a través de la calidad de vida de las personas.
En un estudio más específico, los investigadores norteamericanos Elizabeth Dunn, Lara Aknin y Michael Norton se propusieron responder una pregunta asociada con el dinero y la felicidad: «¿Qué contribuye más a la felicidad, gastar el dinero en otros o hacerlo sobre uno mismo?». En su estudio, asignaron al azar los participantes que conformarían dos grupos para fines de la experimentación. Al primer grupo, le indicaron que debían gastar dinero en otras personas, mientras que al segundo grupo, le indicaron que debían gastar la misma cantidad de dinero sobre ellos mismos. El resultado mostró que el primer grupo, aquellos que habían gastado su dinero en otros, experimentaron mayores niveles de felicidad que los que lo habían hecho sobre sí mismos, concluyendo que gastar el dinero en otros promueve la felicidad.
El apóstol Pablo señala que realizar actos de generosidad a través del dinero es un tipo especial de servicio porque la entrega de este servicio no solamente satisface las necesidades de los otros, sino que también contribuye abundantemente a que muchos den gracias a Dios. En otras palabras, Dios es honrado a través de estos actos, cuando provienen de un corazón generoso y lleno de bondad.
Debido a que el fruto de las donaciones puede tener elevados y poderosos alcances, te proponemos en este día hacer un compromiso con Dios. Puedes comprometerte para realizar una donación sistemática, una donación proporcional a tus entradas, con el fin de satisfacer las necesidades de personas o para entregar a instituciones de beneficencia. Saca cuentas y decide. Recuerda que este tipo de servicio redundará simultáneamente en alabanzas a Dios.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2020 «Buena Medicina es el Corazón Alegre» Por: Julián Melgosa – Laura Fidanza.
Colaboradores: Ricardo Vela & Esther Jiménez