«No tengan miedo les contestó José-. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente» (Gén. 50:19, 20).
Iba mal. El capitán Kompothekras-Kotsoros estaba timoneando su viejo carguero a través del pesado clima del Mar Mediterráneo. Él tenía experiencia en dominar climas complicados; también podía resolver problemas mecánicos. Pero ahora ambas cosas estaban ocurriendo al mismo tiempo. Su barco se iba a hundir cerca de la isla griega de Zakynthos.
Iba mal. El barco había encallado en una pequeña playa. Todos estaban vivos, pero rodeados de acantilados de más de 180 metros de altura. ¿Cómo lograrían salir de allí llevándose la carga del barco?
Iba mal. El problema de descargar el barco se había resuelto, pero no una manera positiva. Los isleños les habían robado todo lo de valor, así como los electrónicos del barco. El capitán llamó a la policía, que dio búsqueda a los bienes robados y arrestó a los culpables.
Iba mal. Las autoridades de la isla le dijeron al capitán que tenía que llevarse el barco de allí y pagar los gastos necesarios. Y esos gastos serían enormes. Al contemplar el barco encallado en la blanca arena de la playa, pensó que se veía hermoso. Otros pensaron lo mismo. Los visitantes sacaron fotos de la «Playa del Naufragio» y las compartieron por Internet. Los turistas fueron a la isla para verlo por sí mismos.
Ahora hay botes que llevan a cientos de miles de turistas a esa playa, donde pueden ver el antiguo carguero e incluso subir a bordo. El flujo de turistas ha hecho de Zakynthos la más rica de las islas cercanas. Así que, lo que parecía tan malo, no lo fue tanto después de todo.
La Biblia nos cuenta de muchas cosas terribles que le sucedieron a José, incluyendo ser vendido como esclavo por sus hermanos. Sin embargo, al de la historia, vemos que los acontecimientos malos fueron llevando a José hasta el liderazgo de la nación más poderosa de la tierra.
La próxima vez que tu vida parezca un naufragio, recuerda que Dios todavía puede obrar un final feliz. La situación puede ser mala, pero Dios es bueno. Kim