«Queridos jóvenes, ¿cuáles son las metas y los propósitos de sus vidas? ¿Ambicionan una educación para tener renombre y posición en el mundo? ¿Tienen el pensamiento, que no se atreven a expresar, de estar algún día en la cima de la grandeza intelectual; de sentarse en asambleas legislativas y deliberantes, y de ayudar a dictar leyes para la nación? No hay nada malo en estas aspiraciones. Cada uno de ustedes puede llegar a distinguirse. No deberían contentarse con adquisiciones mezquinas. Escojan una norma elevada y no escatimen esfuerzos para alcanzarla.
»El temor del Señor es el fundamento de toda verdadera grandeza. La integridad, la integridad inalterable, es el principio que necesitan en todas las relaciones de la vida. Lleven con ustedes la religión a la escuela, a la pensión donde viven, a todas sus ocupaciones. La cuestión importante para ustedes ahora es cómo escoger y perfeccionar sus estudios de modo que mantengan la solidez y la pureza de un carácter cristiano sin mancha, poniendo todos los intereses y las exigencias temporales en sujeción a las demandas superiores del evangelio de Cristo. Ahora deben edificar de acuerdo con lo que después pueden amueblar. relacionarse con la sociedad y la vida en una forma que responda al propósito que tuvo Dios al crearlos. Como discípulos de Cristo, no se los priva de emprender ocupaciones temporales, pero deberían llevar su religión con ustedes. Cualquiera sea la empresa para la cual se preparen, no abriguen la idea de que no tendrán éxito en ella sin sacrificar los principios.
»Equilibrados por el principio religioso, pueden ascender a la altura que quieran. Nos alegraría verlos elevarse a la noble altura que Dios ha determinado que alcancen. Jesús ama a la preciosa juventud; y no le agrada verla crecer con talentos sin cultivar ni desarrollar. Los jóvenes pueden llegar a ser hombres fuertes de principios firmes, capacitados para que se les confíen elevadas responsabilidades, y pueden consagrar lícitamente todo su vigor a este fin.
»Pero no cometan jamás crimen tan grande como el de pervertir, para hacer el mal y destruir a otros, las facultades que Dios les ha dado. Hay hombres de talento, que usan su habilidad para extender la corrupción y la ruina moral; pero todos ellos están sembrando una semilla que producirá una cosecha que no se enorgullecerán en recoger. Es cosa terrible usar las capacidades que Dios ha concedido para esparcir daño y desgracia en la sociedad, en vez de bendición. Es también cosa terrible envolver en un pañuelo el talento que se nos confió y esconderlo en el mundo, pues esto es despreciar la corona de la vida. Dios demanda nuestro servicio. Hay responsabilidades para cada uno; y solo podemos cumplir la gran misión de la vida cuando aceptamos plenamente estas responsabilidades y las desempeñamos fiel y concienzudamente.
»Dice el sabio: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud”. Pero no supongan, ni por un momento, que la religión los hará tristes y sombríos y les cerrará el camino del éxito. La religión de Cristo no borra, ni siquiera debilita. una sola facultad. No incapacita al individuo para gozar de la verdadera felicidad; no ha sido designada para disminuir nuestro interés en la vida o para hacernos indiferentes a las demandas de los amigos y la sociedad. No cubre la vida de cilicio; no se la expresa en profundos suspiros y gemidos. No, no; aquellos para quienes Dios es lo primero, lo último y lo mejor, son las personas más felices del mundo.-ELENA G. DE WHITE, Mensajes para los jóvenes, cap. 1. pp. 26-28.
Después de haber analizado el pasaje de esta semana y de haber repasado el versículo destacado que has aprendido de memoria:
¿Qué aplicaciones personales te sientes motivado a realizar en tu vida?
¿Cómo aplicarías a tu vida el versículo que has memorizado?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 1er trimestre 2020 “Cómo descubrir el proposito de Dios para tu vida” Lección 13: «BUSCAD PRIMERO« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo