El rey ordenó a Joab, a Abisai y a Itai que, en atención a él, trataran con consideración al joven Absalón. 2 Samuel 18:5
—Absalón estaba reuniendo a un ejército en Hebrón, a solo treinta kilómetros de Jerusalén —inició el padre—, así que David reaccionó y tomó la decisión de abandonar Jerusalén porque no quería que fuera destruida. Salió del palacio confiando en que Dios lo haría regresar de nuevo al trono.
—Pero hubo muchos que se mantuvieron fieles a él —comentó Mateo.
—Sí —asintió el papá—, entre ellos el jefe del ejército, Joab; y Sadoc, el sacerdote, con los levitas que llevaban el arca del pacto. Sin embargo, David les dijo que regresaran a Jerusalén con el arca. Lo que más le interesaba era la gloria de Dios y la salvación de su pueblo. Husai, otro sabio consejero, se le unió, pero también David le pidió que regresara a Jerusalén, pues desde allí podría ayudarlo. Las cosas se sucedieron rápidamente. Absalón llegó a Jerusalén, pero ya no estaba su padre. En vez de escuchar a Ahitofel, Absalón siguió el consejo de Husai y fue así como David fue puesto en aviso acerca del plan. Debía cruzar el Jordán para que no los alcanzara el ejército de Absalón. David era un guerrero de experiencia y cruzó el Jordán junto con todos los que lo acompañaban. Pronto el ejército de Absalón se organizó para ir a perseguir a su padre, pero no tuvieron éxito. Aunque ellos eran mucho más numerosos que el ejército de David, no tenían experiencia ni buena organización. La guerra sobrevino entre ambos ejércitos, y Absalón fue derrotado. En su huida, el joven príncipe se enredó con su hermosa cabellera en un árbol y murió.
Tu oración: Querido Dios, ayúdame a ser obediente.
¿Sabias que….. Adonías, otro hijo de David, también quiso ser rey?
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2020.
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Por: Noemí Gil Gálvez Colaboradores: Carlita Mariscal & Adriana Jiménez.