Oh, Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que hiciste en sus días. Salmo 44:1.
Hay personas a las que amamos sin jamás haberlas visto.
De vez en cuando a mi madre se le escapaba una lágrima cuando recordaba a su hermano mayor, Rosalío, quien había fallecido de leucemia hacía ya algunos años. El la había guiado en la vida desde niña. Huérfana de madre, y entregada en adopción a una familia acomodada de la misma ciudad donde había nacido, Rosalío era todo lo que ella tenía en este mundo. La única foto -color sepia- que mi madre guardaba como tesoro escondido en un cofre de su dormitorio, y las palabras de amor que le donaba de vez en cuando, fue todo lo que tuve de aquel hombre. Pero fue suficiente como para dibujar en mi corazón la imagen viva de un hombre bueno, a quien amé más sin haberlo visto que a muchos de los otros tíos que veía muy a menudo. ¡El poder de las palabras!
Así como yo amé a mi tío por las palabras de mi madre, sin haberlo visto, David amó al Dios del que le contaron sus padres. El texto de hoy nos dice que David refrescaba en su mente lo que escuchó de ellos. Y ¿qué escuchó de sus padres? Que la mano providente de Dios estuvo en el origen mismo de su pueblo: «Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos […]. Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro» (Sal. 44:2, 3). Escuchó la razón por la que Dios había hecho todo eso: «Porque te complaciste en ellos» (vers. 3). Escuchó que, por eso, Jehová es la fuente de toda esperanza (vers. 4, 5). «No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada» (NB 216).
No temas por tu futuro. Recuerda lo que Dios ha hecho en tu pasado. Y cuéntaselo a tus hijos. La fe es una cadena milenaria de testimonios.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2019 «Las Oraciones más Poderosas de la Biblia» Por: Ricardo Bentacur Colaboradores: Rosalba Barbosa & Gladys Cedano