«Dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante». Hebreos 12: 1
Compromiso
Las postas eran lugares distanciados unos de otros, ubicados a la orilla de los caminos y rutas comerciales. Las personas que atendían las postas ofrecían comida, agua y cama a los conductores de las diligencias y los carros. También los pasajeros podían descansar y recuperar fuerzas en las postas. Y si algún caballo estaba herido o cansado, podía reemplazarse por otro en las postas.
Tomado de este término de la antigüedad, hablamos hoy en español de «carreras de postas». Son esas carreras por equipos en las que cada corredor se encarga de un tramo del recorrido. Después le pasa el testigo a un compañero, que se encargará de otro tramo, y así sucesivamente hasta llegar a la meta.
Si echamos un vistazo a la historia del pueblo de Dios, podemos considerar que los patriarcas, jueces, profetas, sacerdotes, reyes, apóstoles y discípulos han sido como corredores de una carrera de postas. Ellos han llevado el mensaje del amor de Dios por los distintos tramos de la historia hasta llegar a nosotros hoy. Incluso Jesús tomó la posta cuando vivió aquí en la tierra. Ahora te toca a ti correr la batalla de la fe y ser un buen testigo del amor de Dios. Tienes que estar listo para tomar el mensaje y llevarlo hacia la meta.
«Teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante» (Hebreos 12: 1).
Desafío: Escribe frases alentadoras en papeles, enróllalos y distribúyelos en tu vecindario.