Son como la tierra que bebe la lluvia que cae en abundancia sobre ella: si da una cosecha útil a los que la trabajan, recibe la bendición de Dios, Hebreos 6: 7.
Psicólogos. ¿Has oído hablar de ellos? Cada vez son más populares. Una persona que estudia los hongos recibe el nombre de micólogo. Está en constante búsqueda de hongos. Algunos micólogos hasta van a los bosques para encontrarlos, ¡Y comerlos! Sienten que los hongos silvestres son mejores que los que se venden en las tiendas, los cuales crecen en invernaderos.
Los hongos necesitan mucha humedad para crecer, y casi toda la obtienen de la lluvia. En Norteamérica crecen aproximadamente 5,000 especies conocidas de hongos, y 100, por lo menos, son venenosos. Solamente una docena es letal, pero los otros causan tanto malestar que uno siente como que se va a morir. ¡ADVERTENCIA! Nunca, bajo ninguna circunstancia, comas un hongo a menos que te hayan dicho que es comestible. Eso significa más bien que algún experto te lo asegure. Algunos hongos inofensivos son casi idénticos a los peligrosos.
Los hongos tienen muchos tamaños, formas y colores, que incluyen rojo, amarillo, azul, verde, anaranjado, marrón, negro y violeta. Varían del tamaño de tu dedo meñique hasta el de un carrito de supermercado. Pueden parecer sombrillas, tazas, tazones, pelotas, cerebros, corales y otros objetos. Los hongos se esparcen y reproducen mediante esporas. El gran bejín tiene la capacidad de esparcir varios miles de millones de esporas. Un micólogo dijo que, si todas las esporas se arraigaran y crecieran, nos ahogaríamos en hongos.
Dios nos ha dado muchas cosas buenas, pero Satanás ha agregado falsificaciones. Ya sean los alimentos que comes o las ideas que tengas en la cabeza, asegúrate de que sean genuinos y benéficos, física y espiritualmente. Lee tu Biblia con regularidad y que no te engañen malas ideas o pensamientos. asegurate que las creencias que aceptes procedan estrictamente de las escrituras.
Ora para que Dios te ayude a distinguir genuina y una falsa.