PARA MEMORIZAR: “De ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hech. 20:24).
El relato de Lucas sobre el tercer viaje de Pablo comienza abruptamente. El texto solamente dice que después de pasar un tiempo en Antioquía, el centro de las misiones de Pablo, el apóstol emprendió otro viaje, pasando sucesivamente por “la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos” (Hech. 18:23). Así que, una sola frase abarca los primeros
2.400 kilómetros del viaje. Esto se debe a que el objetivo principal del viaje era Éfeso, donde Pablo pasó más tiempo que en ninguna otra ciudad en el transcurso de sus viajes. Desde una perspectiva evangelizadora, el ministerio en Éfeso fue muy fructífero; el impacto de la predicación de Pablo llegó a toda la provincia de Asia (Hech. 19:10, 26). Probablemente durante esta época se fundaron las iglesias de Colosas, Hierápolis y Laodicea, quizá por medio de Epafras (Col. 4:12, 13), uno de los colaboradores de Pablo (Col. 1:7; File. 23). Es el último de Pablo que se registra en Hechos. Pablo lo inició como hombre libre. En cambio, el viaje a Roma lo realizó como prisionero.
Lección de Escuela Sabática Para Adultos 2018. 3er trimestre 2018
“El libro de Hechos”
Lección 10: “EL TERCER VIAJE MISIONERO”