“Pues yo veo cuatro hombres desatados que caminan en medio del fuego sin que les pase nada, y el cuarto hombre tiene un aspecto de ángel”, Daniel 3:25.
Con toda seguridad, el poderoso rey Nabucodonosor podría hacer cambiar de parecer a Sadrac, Mesac y Abednego. Con toda seguridad, se inclinarían ante su imagen de oro. Con toda seguridad, se convencerían cuando vieran las llamas y sintieran el calor del horno. Con toda seguridad…
Pero incluso después de que el rey les dijo: «Inclínense, o si no…», ellos no lo hicieron.
Ahora parecía que iban a morir. Con toda seguridad.
Su negativa a inclinarse hizo que el rey se enfureciera tanto que ordenó que los arrojaran al horno ardiente, pero solo después de que lo calentaran siete veces más de lo habitual. La Biblia dice: «Y como el rey había mandado que su orden se cumpliera al instante, y el horno estaba muy encendido, las llamas alcanzaron y mataron a los soldados que habían arrojado en él a los tres jóvenes» (Daniel 3: 22).
El rey observó a los jóvenes arrojados al horno, esperando que se convirtieran en cenizas en cuestión de segundos. Sin embargo, parecía como si estuvieran caminando dentro del horno, junto con un cuarto individuo que se asemejaba a un ángel.
Al darse cuenta de que los tres jóvenes eran siervos del Dios Altísimo, Nabucodonosor les gritó que abandonaran el horno, y salieron como si hubieran estado paseando por un parque. «El fuego no les había causado ningún daño, y […] ni uno solo de sus cabellos se había chamuscado; es más, su ropa no estaba quemada ni siquiera olía a humo!» (Versículo 27, NVI).
La escena era tan asombrosa que el mismo rey Nabucodonosor no pudo evitar exaltar a su Dios. Daniel 3: 28 dice: «En ese momento Nabucodonosor exclamó: «¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que envió a su ángel para salvar a sus siervos fieles!»».
Ponlo en práctica: Cuando te mantienes firme del lado de Dios, también animas a otros a creer. Piensa en alguien de la historia, de la Biblia o que tú conozcas, que haya permanecido firme del lado de Dios y que haya sido una inspiración para otros.
Ponlo en oración: Agradece a Dios por aquellos que te han inspirado a mantenerte firme del lado de Dios.