“Te alabare con todo el corazón y glorificare siempre tu nombre”, Salmo 86:12.
¡Gánate el prestigio y el respeto!», este es un consejo que se suele dar a los recién graduados, que están listos para enfrentarse al mundo. El mensaje es: hazte famoso para que todos te reconozcan. Pero antes de que comiences a hacerlo, es una buena idea que leas primero la historia de la torre de Babel.
Después del Diluvio, existía un único idioma en el mundo. Y la gente del mundo tenía también una única misión: «Vamos a construir una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo. De este modo nos haremos famosos y no tendremos que dispersarnos por toda la tierra» (Génesis 1 1: 4). Presta atención a su objetivo: querían hacerse famosos. No estaban edificando para la gloria de Dios ni para un bien mayor, sino para demostrar lo grandes que eran. Pero el Señor vio su plan y decidió detenerlo. Dios sabía a dónde podía conducir todo aquello. Tanta gente malvada conspirando juntos, seguiría haciendo cosas aún peores. Hoy, una torre; mañana, ¿quién podría saberlo?
¿Te has fijado en cómo los maestros separan a los alumnos que no se portan bien? Sientan a cada uno en una punta opuesta del aula para que ya no puedan hablar más. Eso es un poco como lo que hizo Dios; simplemente que lo hizo a una escala mayor. Bajó y separó a la gente mezclando las conversaciones. Unos comenzaron a hablar en un idioma y otros en otro. ¡Te puedes imaginar la confusión que se causó en medio de un proyecto de tanta magnitud! Esa es exactamente la razón por la que la torre se llama torre de Babel, que significa torre de la confusión.
Dios quiere que logres grandes cosas en tu vida, pero no para que te hagas famoso. Cuando dedicamos nuestra vida a Dios, nuestros logros deben ser para glorificarlo a él. De lo contrario, las cosas acabarán en confusión, como en la antigua torre de la confusión.
Ponlo en práctica: Pon tus planes en las manos y de Dios y espera a ver qué construye en tu vida. Te encantará lo que él tiene en mente para ti, que supera cualquier plan que tú puedas tener para ti mismo.
Ponlo en oración: Ora para que lo que hagas hoy y todos los días glorifique a Dios.