«Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos». Juan 15: 13
EL ENTUSIASMO ES UN SENTIMIENTO MUY FUERTE que puede expresarse hacia una persona, un tema, una idea o un objeto. Es un vivo interés por una causa o una inclinación exclusiva hacia algo. Significa fuerza, ganas y deseo ferviente. En ese sentido, lo que más entusiasma a Dios es que seamos salvos en su nombre. Este deseo es tan fuerte, que entregó su vida en nuestro lugar, murió por nosotros y se entregó a sí mismo para salvarnos.
Diariamente vemos muchos ejemplos de gente entusiasmada con lo que hace. Michael Phelps es un apasionado campeón de natación que no se conformó con una o dos medallas olímpicas, Fino que ha ganado veintiocho! Steve Jobs, cofundador de Apple, vivía entusiasmado por innovar y facilitar nuestra vida. Eso lo impulsó a producir dispositivos móviles, computadoras y otros aparatos que han abierto miles de posibilidades a la comunicación.
Otro ejemplo destacado fue el de Martin Luther King, Jr., quien luchó por los derechos civiles de las personas más allá de su raza o el color de su piel. Por eso, dijo en su famoso discurso: «Tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter». ¡Ese es el entusiasmo que trasciende!
El entusiasmo engendra entusiasmo. El amor a Dios se convertirá en amor por los perdidos. Si lo que estamos buscando es el sentido de nuestra vida, respondamos hoy al llamado divino y volveremos a sentir amor por Dios y por los demás.
El anhelo de Dios por estar con nosotros hizo que su propio Hijo estuviera dispuesto a morir en la cruz. Su único motivo fue el amor. Porque nos ama, Dios ya pagó un altísimo precio por nuestras vidas. Para él no hay nada más importante que nosotros. ¡Agradezcamos a Dios por ello! #MatinalDeAdultos
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Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2018 “Fuentes De Vida¨ Por: David Javier Pérez