Dios hizo las dos luces: [. ..] la pequeña para alumbrar de noche, Génesis 1: 16.
La Luna ha sido uno de los objetos más fascinantes de nuestra atención. Durante siglos, ha intrigado a la gente; tanto, que el siglo pasado hubo quienes se propusieron ir a visitarla. Aunque estaban convencidos de que en la Luna no hay vida, seguían buscando cómo llegar a su superficie. Sabemos que el 20 de julio de 1969, Estados Unidos finalmente puso hombres en la Luna. ¿Esa gran hazaña nos quitó la curiosidad? Un poco tal vez. Los científicos todavía no la conocen por completo y es posible ir otra vez. La Palabra de Dios nos dice por qué brilla la Luna. Brilla porque refleja la luz del Sol y Dios la hizo para que gobernara la noche.
Al estudiar la Luna y la Palabra de Dios, vemos que la Luna tiene un propósito muy concreto: fue creada para alumbrar la noche. La Luna también controla las mareas del océano. Tiene una función muy importante en nuestro mundo.
Así como la Luna refleja la luz del Sol, como cristianos debemos reflejar la luz de Jesús a los demás, para que lo vean en nuestras vidas.
Al alumbrar, la Luna tiene un papel secundario al del Sol, pero aun así, ella cumple con su función sin cesar. De hecho, trabaja aun cuando no la vemos. Eso demuestra que no siempre debemos ser los más destacados y recibir toda la atención. Cumplamos con nuestra labor voluntariamente, aunque no nos dé fama.
¿Qué dices de ti? ¿Seguirás hoy el ejemplo de la Luna? Al comenzar el día con Dios, leyendo la Biblia, pensando en lo que has leído y pidiendo que el Espíritu Santo controle tus pensamientos y acciones, te colocas donde la luz del Sol de Justicia brillará sobre ti. Pide a Dios que te ayude a reflejar a Jesús en tu vida hoy.