«Oí una potente voz que provenía del trono y decía:
!Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios!
Él acampará en medio de ellos y ellos serán su pueblo;
Dios mismo estará con ellos y sera su Dios» (Apoc. 21:3)
En julio de 2010, nuestra Iglesia tuvo una convención mundial en Atlanta, EE. UU. Este congreso se organiza cada cinco años en diferentes lugares, y asisten miembros de iglesia de todo el mundo, incluyendo delegados representantes de diversas regiones. Mi esposo y yo esperamos ansiosos para asistir y, realmente, era lo único que anticipamos por meses. Conté los días que faltaban en el almanaque. Planificamos, nos preparamos, ahorramos dinero y oramos por esto casi cada día. Era emocionante y nos daba mucho gozo. íbamos a contactar con algunos viejos amigos, con quienes alquilaríamos una casa, ya que también aprovechamos para organizar un pequeño reencuentro.
Fuimos bendecidos espiritualmente: los distintos oradores fortalecieron nuestra fe y la música fue realmente espectacular. Nos encontramos con viejos amigos, más de los que esperábamos… !hasta una de mis amigas del colegio secundario! Fue emocionante conocer personas de tantos países diferentes y fue interesante ver a muchos con el atuendo típico nacional. El último sábado fue el clímax: miles de cristianos de «toda lengua y nación», reunidos para adorar a nuestro Creador, Señor y Salvador. Cantamos juntos y oramos en el nombre de nuestro Dios. Se me erizó la piel al ver a miles adorando en el enorme Georgia Dome.
No pude evitar pensar en el reencuentro celestial que ocurrirá pronto. Será maravilloso y gozoso. Y no necesitaremos despedirnos de nuestros amigos, como hicimos en Atlanta. No más ahorrar dinero, no más solicitudes de visas o documentos de viaje. Los eventos maravillosos que ocurrirán en el cielo incluirán encontrarnos con nuestros amados, familiares y amigos. No habrá más angustia, ni llanto, ni separación, ni enfermedad. Podré comer todas las frutas que desee, sin preocuparme por reacciones alérgicas.
¿Te gustaría visitar otros planetas y galaxias? !Genial! Todo es gratuito. Si proyectas estar allí, en el gran reencuentro en el Reino celestial, comienza a prepararte ahora. Podemos hacerlo solamente mientras estemos en la tierra. Recuerda: tu carácter es la única posesión que podrás llevar. Pero es todo lo que necesitarás. Jesús proveerá el resto.
LOIDA GULAJA LEHMANN
fue colportora en Filipinas durante diez años. Vive en Alemania,