«No amen el dinero: contentase con lo que tienen. porque Dios ha dicho:“Nunca te dejaré ni te abandonaré»» (Hebreos 13: 5).
La aparición del iPad 2 fue una gran noticia. ¿Qué habrías dado en su momento por tener uno? ¿Habrías ahorrado durante todo un año? ¿Habrías buscado trabajo para después de la escuela? ¿Habrías vendido algunas de tus pertenencias? ¿Y alguna parte de tu cuerpo? Sí, has oído bien. ¡Alguna parte de tu cuerpo!
En China, un joven de diecisiete años vendió uno de sus riñones en el mercado negro para comprar un iPad 2. El chico, conocido tan solo por su apellido Zheng, recibió 22,000 yuanes (unos 3,400 dólares) en pago por su riñón. Sin comunicar sus planes a su familia, viajó a un hospital de Chenzhóu, donde fue operado bajo la supervisión del traficante de órganos con el que había concertado el trato. Aquella transacción, por cierto, se consideró un acto delictivo, ya que en China vender un órgano en el mercado negro es ilegal.
Cuando regresó a su casa con un iPad y con un celular, su madre comenzó a sospechar algo. Zheng, que mostraba una inmensa cicatriz a causa de la operación, se vio obligado a admitir lo que había hecho. Estar al día en la tecnología puede salir muy caro. ¿Qué venderá Zheng la próxima vez que quiera tener un aparato nuevo? El consumismo es un círculo vicioso. Por intentar estar a la última, perderás de vista lo que es realmente importante. También perderás el aprecio por lo que ya tienes. Hebreos 13: 5 lo resume perfectamente: «No amen el dinero: conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejare ni te abandonaré»».
Ponlo en práctica: No pierdas el aliento persiguiendo la última moda. Promete que jamás arriesgarás tu salud, tu relación con Dios, o con los demás, con el fin de adquirir cosas materiales.
Ponlo en oración: Agradece a Dios por todas las cosas que ya te ha dado.